Soluciones para la crisis en España.

            Desde que comenzó la crisis económica en España, allá por el año 2007, no han dejado de avasallarnos desde los medios de comunicación controlados por la clase burguesa, diciendo que la culpa de la crisis ha sido nuestra, de la clase trabajadora, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Como intento de solución a esta crisis, el gobierno actual, formado por dirigentes neoliberales y conservadores, han continuado una política de recortes sociales y de derechos del proletariado, política que inició el partido “socialista” de este país (socialdemócrata, en realidad, aunque ese es otro debate). Además, el actual gobierno está favoreciendo la existencia de fraude fiscal, de que buitres se llenen los bolsillos en una situación límite para muchas familias, a través de la “amnistía fiscal”. Podrían decir que esto no solo favorece a la clase burguesa, que esta amnistía puede aplicarse a cualquier ciudadano. Pero, ¿quién tiene el dinero? ¿El obrero que trabaja 12 horas diarias por 700 euros al mes? Aunque, bueno, es lógico que nosotros paguemos las consecuencias de la crisis, las clases bajas hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, y según dicen las televisiones, los periódicos y la radio, ese ha sido el mayor problema.

            Los bancos han invertido en la única industria que no puede sostenerse, en el ladrillo. Han dado créditos a cualquier persona sin ningún aval. El precio de la vivienda subía cada vez más, pero los salarios de la clase trabajadora seguían igual. Más dinero para bancos y especuladores, que veían como poco a poco se enriquecían más y más, mientras los pobres cada vez tenían menos dinero.

            Y llegó el día: la gente dejó de pagar sus casas, porque no podían. El abuso había sido tan grande que ya no podían dar dinero porque no tenían ni para comer. Y los bancos empezaron a quedarse con las casas. Con las casas y el dinero, mientras que los trabajadores se empezaban a quedar en la calle. El miedo hizo que la gente dejase de comprar cosas que antes compraba, ya que podrían ser los siguientes en quedarse sin sus casas. Y el gobierno, formado por burgueses, rescata a los bancos en vez de rescatar personas, mientras los bancos siguen desahuciando. Pero claro, las clases bajas son el motor de la economía capitalista: producen y consumen. Mientras, explotadores y burgueses especulan y ganan más dinero, pero lo hacen con la producción que sacan las clases trabajadoras. Una producción, cuyo valor, no se paga al productor, sino que se paga una parte para que coma y pueda seguir produciendo.

            Y ahora nos siguen diciendo que nos tenemos que seguir apretando el cinturón, mientras los que se forraron con la especulación inmobiliaria, ahora lo hacen con la especulación de la deuda.

            “El motor de la historia es la lucha de clases.”

            Ya lo dijo Marx. Una clase oprime a otra, “el poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra.”

            Y, nosotros, proletarios y sus hijos, ¿nos creemos los que dice la burguesía en los medios de comunicación? ¿Nos creemos que la solución del problema es ser más pobres para que otros sean cada vez más ricos?

            La solución es la rebeldía de nuestra clase. La revolución. Es necesario que nos unamos para derrocar a las clases altas.

            Pero el fin de nuestra lucha ha de ser acabar con esas clases sociales, porque todas las personas, TODAS, somos económicamente iguales. Debemos socializar los medios de producción, para que el beneficio de esa producción sea para el que trabaja, para el que produce, no para un explotador. Y tenemos poder para conseguirlo, porque somos muchos más. Pero necesitamos educación y propagación. Publicidad. Lucharemos por la tercera República popular y socialista.